Video Juegos de mi Infancia: Capulinita Bebé

 Pues si amigos, remembando otra vez los juegos de mi infancia. Esta vez les platicaré de un juego ochentero llamado Adventure Island, aunque pocos en México recuerdan ese nombre, ya que era mejor conocido como Capulinita Bebé o simplemente el Capulinita. Asi pues, los rapaces de mi edad decían: Mamá, dame 100 pesitos pa ir a jugar el Capulinita a las maquinitas...y se iban.
 Como todo videojuego de aquellos tiempos y no se si de estos, el juego fue hecho en Japón, alguien bien creativo vió Mario Bros y dijo, por que no me pirateo la idea y hago algo parecido. y así surgió Adventure Island, con la mismo cliché de que te chingaban a tu vieja (chingar de robar) y tenías que ir en pos de ella.
 El buen Capuleto que en realidad se llama Master Higgins, usaba también una gorra como el buen fontanero italiano, pero a diferencia de éste, estaba encueradito y usaba un taparrabos. Tenía que recorrer 8 mundos con 4 etapas cada uno, al igual que muchos juegos de la época.
 Nuestro héroe (yo era un heróe, dijera  el verdadero Capulina) no es que fuera malintencionado, pero en su recorrido se la pasaba rompiendo huevos, y como no, si de ahí salían hartas sorpresas. Algo así como los Kinder Sorpresas pero más chingón. Y otra cosa, también siempre iba en la pendeja, por eso de que se la pasaba tragando verdura....o mas bien eran frutas, esto con el fin de aumentar su puntaje.
 Pa no hacerles el cuento largo, pues tiene que sortear pruebas y enemigos bizarros, como caracoles, cobras, puercos bailarines de cha cha cha, sapos verdes y rojos, cuervos, unas zorras que te salen por detrás (pa mi que eran chichifos), etc.
 Al final enfrentas al monstruo final y salvas a Tina, la amada por la que sufriste tribulaciones y ampollas en los pulgares.
 Y hasta aquí mi reseña de Capulinita Bebé. Pronto les resumiré un juego mas de los que jugaba en el Nintendo o en las maquinitas de allá de la Plaza Laureles, lo mas parecido a Liverpool por mi colonia en los 80s, pero que hoy ya esta re culey.
 Saludos a todos. Comenten algo, no hay que ser.