Este post ya lo habia puesto en mi Space de MSN pero pues para quienes no lo han leido pues ahí se los dejo....
A continuación les pongo una historia que lei en un blog de un chavo de Saltillo http://alexglx.blogspot.com/2006/09/historias-nacas-003.html y que me hizo reir mucho, sobre todo por que me recuerda a un amigo de la secundaria (Pancho)...
A continuación les pongo una historia que lei en un blog de un chavo de Saltillo http://alexglx.blogspot.com/2006/09/historias-nacas-003.html y que me hizo reir mucho, sobre todo por que me recuerda a un amigo de la secundaria (Pancho)...
Bueno pues ahi les va, espero que les guste y los haga cagar de risa....jajjajaja
Recuerdo perfectamente cada una de las borracheras en las que he estado, no presumo que esto sea una cualidad de la que me precie, solo hago la observación de esta singular característica de mi persona, hecha esta observación, me salgo completamente de esta propia introducción para contar una borrachera en la cual no estuve.
Cierto amigo mío, del cual omitiré su nombre y para futura referencia solo le diremos el Caguamo pertenece a la religión de los testigos de Jehová y aunque nunca ha sido asiduo a su propia religión, en cierta manera la respeta, y solo en cierta manera, porque el apodo se lo gano a pulso.
Era un día como cualquier otro, y como cualquier otro día, el Caguamo se dispuso a emborracharse con quien estuviera disponible, así que tomo camino al Callejón del Diablo, uno de los puntos mas conocidos de Saltillo por su extraña leyenda, la cual omitiré por razones enteramente de hueva, al no encontrar a ninguno de sus habituales catarrines de compañía, se fue a una de las casas que servia de punto de ensayo para un grupo local, a los cuales también conocía, y pues como buenos músicos estaban ensayando y tomando cerveza para afinar.
Tomo su lugar dentro del grupo y se dispuso a tomar tranquilamente, lo cual logro a entera satisfacción, y he aquí otro dato interesante del Caguamo, para él es casi imposible cagar fuera de su casa, y digo casi, porque hay otro factor que pesa mucho más en él, y como es fácil suponer, ese es la hueva de tener que regresar hasta ella para tirar la piedra y luego volver de nuevo a la borrachera.
Las ganas eran muchas, y no quedándole otra opción, pidió el baño y se dirigió a el. Una vez dentro vació toda la maldad concentrada que había dentro de si, sobre la taza del baño hasta sentirse por completo satisfecho con su obra, solo le quedaba… oh sorpresa, no había papel para limpiarse el culo, envuelto en tal predicamento, solo le quedo gritar la frase ya tan por todos conocida: “¡No hay papel!” a lo que alguien de la casa le contesto: “¿Cómo no?, Ahí en el cajón que esta cerca del lavabo, ahí tenemos el papel, checale bien” el Caguamo procedió a abrir el cajón y cual seria su sorpresa al encontrar dentro cientos de revistas de “La Atalaya” hojas previamente arrancadas y listas para su uso.
Estaba frente a una encrucijada de fe, limpiarse el culo con la propaganda de su propia religión o andar el resto de la peda con el culo apestoso y lleno de caca. No contaré el final de esta historia, solo diré lo siguiente: Que su Dios lo perdone.
Cierto amigo mío, del cual omitiré su nombre y para futura referencia solo le diremos el Caguamo pertenece a la religión de los testigos de Jehová y aunque nunca ha sido asiduo a su propia religión, en cierta manera la respeta, y solo en cierta manera, porque el apodo se lo gano a pulso.
Era un día como cualquier otro, y como cualquier otro día, el Caguamo se dispuso a emborracharse con quien estuviera disponible, así que tomo camino al Callejón del Diablo, uno de los puntos mas conocidos de Saltillo por su extraña leyenda, la cual omitiré por razones enteramente de hueva, al no encontrar a ninguno de sus habituales catarrines de compañía, se fue a una de las casas que servia de punto de ensayo para un grupo local, a los cuales también conocía, y pues como buenos músicos estaban ensayando y tomando cerveza para afinar.
Tomo su lugar dentro del grupo y se dispuso a tomar tranquilamente, lo cual logro a entera satisfacción, y he aquí otro dato interesante del Caguamo, para él es casi imposible cagar fuera de su casa, y digo casi, porque hay otro factor que pesa mucho más en él, y como es fácil suponer, ese es la hueva de tener que regresar hasta ella para tirar la piedra y luego volver de nuevo a la borrachera.
Las ganas eran muchas, y no quedándole otra opción, pidió el baño y se dirigió a el. Una vez dentro vació toda la maldad concentrada que había dentro de si, sobre la taza del baño hasta sentirse por completo satisfecho con su obra, solo le quedaba… oh sorpresa, no había papel para limpiarse el culo, envuelto en tal predicamento, solo le quedo gritar la frase ya tan por todos conocida: “¡No hay papel!” a lo que alguien de la casa le contesto: “¿Cómo no?, Ahí en el cajón que esta cerca del lavabo, ahí tenemos el papel, checale bien” el Caguamo procedió a abrir el cajón y cual seria su sorpresa al encontrar dentro cientos de revistas de “La Atalaya” hojas previamente arrancadas y listas para su uso.
Estaba frente a una encrucijada de fe, limpiarse el culo con la propaganda de su propia religión o andar el resto de la peda con el culo apestoso y lleno de caca. No contaré el final de esta historia, solo diré lo siguiente: Que su Dios lo perdone.
1 comentario:
Era solo papel, después de todo...
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